El
águila y el escarabajo
Fuente: Edyd.com
Estaba una liebre siendo perseguida por un águila, y viéndose
perdida pidió ayuda a un escarabajo, suplicándole que le salvara.
Le pidió el escarabajo al águila que perdonara a su amiga. Pero
el águila, despreciando la insignificancia del escarabajo, devoró
a la liebre en su presencia.
Desde
entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el águila
ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra. Viéndose
el águila echada del lugar a donde quiera que fuera, recurrió a
Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus futuros pequeñuelos.
Le
ofreció Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo, viendo la táctica
escapatoria, hizo una bolita de barro, voló y la dejó caer sobre
el regazo de Zeus. Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad,
y tiró por tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso desde entonces,
las águilas no ponen huevos en la época en que salen a volar los
escarabajos
Nunca
desprecies lo que parece insignificante, pues no hay ser tan débil que
no pueda alcanzarte